En este reportaje al Ing. Ftal. Martín Sánchez Acosta (INTA – Concordia), se analizan en profundidad la estrategia y las acciones que se llevan adelante en la provincia de Entre Ríos para asegurar estándares mínimos de calidad para cualquier tipo de construcción de casas de madera. Con asesoramiento y capacitación buscan agregar valor a la producción maderera.
-Hace tiempo que en Entre Ríos se mostraron interesados por avanzar en la construcción de casas de madera, ¿quiénes están trabajando en este tema?.
En el Centro de Desarrollo Foresto Industrial (CEDEFI) venimos trabajando juntos el INTA Concordia; la UTN con el Grupo GEMA (especializado en estudios de la madera); la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Concepción del Uruguay (UCU); el INTI Concordia; el municipio; el IMFER (Cámara de la madera de Entre Ríos y sur de Corrientes); y algunos otros organismos de la Provincia y la Municipalidad de Concordia.
-El Grupo GEMA realizó los ensayos y redactó el “Reglamento Argentino de Estructuras de Madera” (norma CIRSOC) 601. ¿Qué tipo de relación mantienen con ellos?
-Nos proveen de toda la información técnica necesaria para construir las casas de madera. Nosotros ponemos el material, fabricamos las piezas y el Grupo GEMA realiza todos los ensayos. La idea fue poner una vara alta en la calidad que nos asegure un estándar técnico uniforme sin importar el tipo y destino de la vivienda, desde una vivienda social, una residencial o cualquier otra construcción.
– ¿Tienen un CAT aprobado?
Sí, el CAT 2959 que es un certificado aptitud técnica a nivel nacional denominado “Vivienda Sustentable de Alta Prestación”. Que sea sustentable da la idea, sobre todo a la gente joven, que se construye con madera proveniente de plantaciones que se pueden reforestar y de las que se hace un manejo racional. Y de alta prestación, está referido a que son casas con buena aislación, sin problemas de humedad y buena prestación en general. Es decir, que para una vivienda social pueden cambiar los materiales y la calidad de los mismos, pero en cuanto a prestaciones son las mismas que para casas de alto valor.
Además, gestionamos con el gobierno una ley que incluya a la construcción con madera en los planes de vivienda sociales y de clase media. Con el Instituto Autárquico de Planeamiento y Vivienda de la provincia (IAPV) logramos que al menos el 10% de las casas de los programas nacionales en el futuro sean de madera. Por eso, quien tenga la idea de instalarse para construir en madera con este certificado tiene una referencia técnica clara de la calidad, y sería oportuno que los municipios también fijen esas mismas pautas.
-Hasta ahora los bancos no accedían a dar créditos para la compra de viviendas de madera. ¿En la Provincia pudieron avanzar al respecto?
-Desde hace unos meses en Colón, el Banco Nación da créditos para construir con madera y lo hacen bajo las normas del CAT del CEDEFI. Aparte la compañía de seguros Río Uruguay, si la casa reúne esas condiciones del CAT le otorga un seguro contra todo riesgo.
Hay que destacar que el municipio de Concordia está implementando un programa por el cual a las casas que se construyan totalmente en madera bajo este sistema por cinco años se las exime de pagar el impuesto municipal, contemplando distintos descuentos según el porcentaje de madera aplicado.
– ¿Se conocen experiencias de este tipo en el país?
-Nosotros con la UTN hace mucho tiempo que venimos trabajando en los ensayos de las diferentes piezas que se utilizan en la estructura, en los muros, en los techos, etc. Creo que Entre Ríos es el único lugar en el país donde todas las instituciones que tienen que ver con la investigación y las entidades que agrupan a las empresas madereras trabajan juntas. Tenemos muchos estudios realizados con Eucalyptus grandis que es la especie que más usamos, y creo no equivocarme en decir que debe ser la especie mejor estudiada en la Argentina. En ensayos que se hicieron en conjunto con Europa se profundizaron estudios sobre la durabilidad, y se ha trabajado mucho en las propiedades físico-mecánicas de la madera, también sobre temas inherentes a los preservantes, tratamiento de superficies para exposición al exterior (lacas, barnices, lasures, aceites, esmaltes, ceras, etc.); son ensayos costosos y llevan mucho tiempo. En cubrientes, se ensayaron más de 50 productos y cada uno de ellos en 10 tablas expuestas al exterior. Actualmente la UTN está realizando ensayos de durabilidad de estas maderas en cinco lugares del país. También hemos estudiado el comportamiento de tejuelas de eucalipto. Creo que tantos años de estudios y la experiencia adquirida en la construcción de casas de madera es un buen aval para garantizar que las recomendaciones que hacemos tienen un sólido fundamento tecnológico y no quita que se vayan actualizando.
– ¿Pero a la hora de construir los profesionales se quejan que en el mercado no hay maderas con una tipificación clara y sellos que les aseguren que no tendrán problemas?
-Es cierto, por eso nosotros generamos un protocolo de calidad de madera con la UTN, el INTI, la UCU, y el INTA, donde fijamos primero si es o no madera portante (resistente) en base a una clasificación visual basada en clasificaciones de EEUU, Canadá y el IRAM. Después, para darle uso práctico y simple, establecimos tres categorías donde tomamos en cuenta principalmente la humedad, cantidad de nudos, cantidad de rajaduras y otras anomalías.
Este protocolo es básico para cuando el Gobierno debe redactar las licitaciones, pues sino, no sabe qué calidad de madera exigir.
Esto también ayuda a optimizar los costos porque no necesitamos madera seca libre de nudos en la estructura, esa la destinamos a muebles. Nosotros sabemos perfectamente hasta donde podemos utilizar una madera con nudos o qué parte de la misma en una estructura que tenga que soportar una carga determinada.
Pasa lo mismo con las placas para rigidizar. Usamos la categoría industrial, que es la más baja, porque no interesa su aspecto ya que la vamos a cubrir, pero sí que rigidice. Entonces lo que se está logrando es por lo menos dar pautas, para que la gente y el gobierno tengan claro al hacer una licitación saber qué tienen que solicitar. Ya comenzamos también a capacitar a los inspectores de gobierno y empresas, para que sepan qué cosas se deben controlar. Todos estos pasos apuntan a alcanzar un piso mínimo de calidad y el que no lo alcance quedará fuera del sistema legal. En Entre Ríos aspiramos a ser un referente en la materia, máxime teniendo en cuenta que nuestro CAT tiene alcance nacional y que inclusive se transfiere sin fines de lucro.
En la provincia ya hay dos empresas constructoras que lo están usando, también hay casas que se están construyendo en Corrientes, y hay pedidos de varias empresas para usarlo. Se firma un protocolo, un compromiso de cumplir con las pautas que damos y después se realiza inspecciones.
– ¿El sistema estandariza materiales o estipula algún límite en la cantidad de metros cuadrados que pueda tener la vivienda?
-No, el sistema lo que hace es decir cómo construir y deja libre los diseños. Por ejemplo, va a especificar las dimensiones que deben tener los parantes portantes (40 mm x 90 mm), que los internos pueden ser más chicos, las cabreadas de madera pueden ser de 1 x 3 “o de 2 x 4 “en entramado, y cuánto tienen que tener de separación para dar garantía a la estructura. Otra cosa qué indica es el aislante para piso, techo, muros, qué tipo, cuántas capas debe llevar, para dar un coeficiente térmico determinado por zonas, etc.
Nosotros modulamos todo a 1.22 m, que es la mitad de la placa, o sea que nuestros paneles son de 2.44 m de ancho, y se van a poder trabar todas las placas. Pero si a alguien se le ocurre hacer un módulo de 1.2 m, tampoco hay problemas. Si rigidizamos con tablas nos vamos a múltiplos de 30 cm , que es como se corta la madera en Argentina.
– ¿Manejan algún tipo especial de casa social?
-En general pretendemos eliminar los problemas de falta de espacio, malas prestaciones, seguridad, e inclusive problemas de género, pretendiendo una casa que a la gente le sea agradable, y para siempre. Para la vivienda social preferimos una casa de tres dormitorios (por el tema de género), pero no quita que, si el proyecto es de dos, igual se realiza dejándola preparada para una ampliación futura. Lo mismo pasa con el techo, admite variaciones: un agua, dos, cortado, plano, no hay problema. Dejando las cámaras de aire que necesitamos, muros, y los áticos ventilados, se hace lo que el profesional quiera.
– ¿Crees factible que se logre la estandarización de madera en el país?
-Yo no creo que se logre estandarizar la madera de los aserraderos por muchos años porque no hay volumen suficiente para hacerlo. Pero sí espero que se estandaricen los productos. Hay que apuntar a que en la góndola el constructor o el usuario encuentren productos con sellos voluntarios que garanticen que esa pieza es portante, que no tiene más de tantos nudos, de tantas rajaduras, grado de humedad, dimensiones. Incluso, si tiene preservante que especifiqué cuánto y que aclaré si el producto sirve para ser usado en el exterior. El constructor no tiene por qué saber de madera. En el mundo se manejan con sellos, y a veces las piezas pueden ser de más de una especie, pero no dicen de cuál. O como en Europa que es por clase de resistencia: clase 25, clase 30, no importa si es pino, abeto, u otra, para ellos es clase 25 y saben lo que aguanta y el constructor sabe cómo aplicarla.
– ¿Quién otorgaría esos sellos?
En países con tradición en construcción con madera todo está estandarizado, pero en una primera instancia podrían ser sellos voluntarios, es decir, uno pone su propio sello y automáticamente se hace pasible que, a quien corresponda, lo auditen para ver si lo que dice es verdaderamente lo que se está ofertando. (pueden ser las cámaras, el gobierno, o entes para tal fin).
-Siempre hablando de estándares mínimos….
-Sí, como decía antes: nudos; rajaduras; etc. Por ejemplo, al montante internacionalmente lo llaman, STUD, puede decir montante-portante o aclarar que es no portante. Entonces el que lo va a usar sabe cómo. En mi zona ya están apareciendo productos que dicen “clear”, “Premium”, pero esto está más ligado al aspecto comercial y visual. El sello sería como darle la categoría que tiene la pieza, avalando resistencia, dimensiones, humedad, etc.
– ¿Cuántas viviendas construyeron?
– Más de cuarenta. Con este tema empezamos en el 2000, con un grupo de instituciones: Ministerio de Agricultura; Instituto de la Vivienda Provincial; las universidades de La Plata, Paraná, UCU y estudios privados como el de SCERBO y EUCA. Había un grupo de 12 profesionales (Arquitectos, Ingenieros forestales, civiles y técnicos forestoindustriales), y empezamos a construir a partir de 2005. En 2007 vinieron los canadienses del Instituto EMOICQ, Quebec (El más grande en su tipo a nivel mundial) y ahí se produjo un quiebre, y aprendimos cómo es el sistema usado internacionalmente. No perdimos tiempo en inventar nada. Dijimos esta gente hace 200 años que hacen casas y les propusimos que vinieran a la Provincia (gracias al apoyo de una Cooperativa SOCODEVI y la agencia de cooperación de Canadá ACDI). Aprendimos construyendo una casa nuestra, con madera de aquí, productos de nuestro mercado, y con gente propia, porque ellos no trajeron nada de Canadá. A partir de esa experiencia no hemos parado. Hemos hecho viviendas sociales y otro tipo de construcciones, brindando cursos de capacitación, en distintos lugares del país y el exterior (Costa Rica, Perú, Uruguay, Brasil).
-Ustedes le asignan un rol central al tema de la capacitación.
-Totalmente, para nosotros es fundamental para lograr construcciones con los estándares mínimos de calidad. Este año dimos un curso de un día (8horas) para profesionales en el INTA. Dimos dos cursos en Brasil; también charlas de divulgación en junio durante la realización de FITECMA en Buenos Aires. Dimos cursos en Salta y en Perú. Vale comentar que vamos por todo el país, y visualizamos el interés, en especial de gente joven. En el curso de la UTN-UNLP en La Plata, pese a ser de 3 días, se tuvo 540 inscriptos. En todos lados tienen la misma duda: “cómo se hace bien una casa de madera”..
– ¿Desde tu punto de vista qué falta en Argentina para que el tema de la construcción con madera despegue definitivamente?
-Creo que es un mix entre marketing y apoyo gubernamental, sumado al contar con productos adecuados. El primero es imprescindible para que prenda en los profesionales y la gente, pero el segundo es fundamental para llevarlo a la práctica, porque hay muchos municipios que no aceptan el sistema y se ponen muchas trabas para construir en madera.
– ¿Al hablar de gubernamental te referís a la gobernación de cada provincia?
-Claro, los gobernadores tienen que alinear a los intendentes porque hoy tienen la potestad en cada municipio de aceptar o no que en los planes de vivienda social se construya en madera. Entre Ríos está tratando de hacerlo. El gobernador es el primero que está convencido en las ventajas de construir en madera. El año pasado lo acompañamos en una gira por Canadá. Comprobó que la construcción no es nada de otro mundo, que hay que hacer marketing y tratar de hacer cosas emblemáticas que llamen la atención de la gente.
– ¿Cuáles son los precios de las casas de madera respecto a los sistemas tradicionales de construcción?
–A veces, en casas de clase media y alta, el precio es el mismo pero la calidad de la casa en madera es muy superior. Pero, de todas formas, cuando trabajamos con viviendas sociales son más baratas porque se construyen más rápido. En casas de nivel medio se puede estar entre un 10% y un 15% más baratos que en construcciones con ladrillo, y en las sociales más aún.
– ¿Cómo son los tiempos de entrega?
– Nosotros construimos casas de 70 metros en 4 semanas, pintada y lista para habitar. Cosa que con las mamposterías es casi imposible. Siempre le explicamos al Gobierno que con lo que cuestan dos casas con los sistemas tradicionales de construcción de los programas sociales en Entre Ríos podemos hacer tres. Y respecto al tiempo de construcción también estamos 3 x 1 a favor.
Hay que aclarar que ni el INTA, ni el CEDEFI, construyen casas para terceros, sino que construyen proyectos en forma conjunta, principalmente para capacitar y difundir. Orientan a quien quiera construir o adquirir una casa de madera, pretendiendo que se construya con calidad internacional
En la web de inta www.inta.gob.ar se tienen archivos e imágenes de los cursos y talleres que se dictan para distintos niveles, capataces, escuelas técnicas y profesionales (poner en el buscador : curso – taller – construcción viviendas de madera –inta) : Más información: Martín Sánchez Acosta sanchezacosta.martin@inta,gob.ar 0345 – 4290000