Una elegancia contemporánea que oscila entre el minimalismo y la funcionalidad, entre las técnicas artesanales y el know-how digital y la innovación tecnológica, caracterizó la 56ª edición del Salón del Mueble de Milán (4 al 9 de abril). La muestra italiana renovó como cada año sus credenciales de centro mundial de la creatividad en el diseño de muebles e interiorismo. Junto a sus muestras complementarias Salón del Complemento y la Decoración, Euroluce y Workplace 3.0, más el aporte de los jóvenes diseñadores del Salón Satélite, ofreció una semana en la los límites de las subdivisiones estilísticas fueron resignificados y flexibilizados.