La potencialidad del biochar o biocarbón como negocio basado en una solución sostenible, fuente de créditos de carbono y su implementación en proyectos escalables fue el tema central de la charla que ASORA Madera y Tecnología sostuvo con la coordinadora de Altamira Consultora, Alejandra Mercado, una de las especialistas con las que cuenta nuestro país sobre el poco aprovechado biochar.
Desde Mar del Plata, sede de la consultora, Mercado plantea los desafíos técnicos y de negocios y las posibilidades de colaboración que existen para un necesario desarrollo tecnológico local. También destaca la creación de comunidades para fomentar su uso.
Todo por hacerse
Altamira es una consultora en sostenibilidad, con un enfoque en soluciones basadas en la naturaleza como modelo de negocios. En el tema biochar comenzó a incursionar durante la pandemia. Casi al mismo tiempo inició el desarrollo de alianzas internacionales, como el Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola (IICA, México) y la Red Innovagro (México). En el país, mantienen una alianza de cooperación con la Iniciativa Biochar Argentina.
Actualmente impulsa el primer Proyecto de Biochar en nuestro país del sector público, junto al municipio de General Alvarado, provincia de Buenos Aires. Una experiencia piloto para desarrollar una planta municipal certificable de biochar como modelo replicable en América Latina.
Tiene una producción proyectada de entre 3.000 y 5.000 toneladas anuales a partir de residuos agroforestales y de poda, orientada a neutralidad de carbono y las políticas municipales de sostenibilidad.
El modelo de negocio tiene puntos de contacto con el de la fabricación de pellets. Uno es la importancia de la logística para minimizar el recorrido de la biomasa.
El estado del mercado y la tecnología del biochar en Argentina muestra una escasa difusión y conocimiento, en la forestoindustria. Esto hace necesario contar con un estudio de factibilidad sobre la producción local de tecnología para hornos pirolíticos, tecnología clave en el tema biochar que requiere de conocer los obstáculos para lograr una fabricación certificada y escalable.
Modelo de negocio
El biochar plantea la necesidad de escala mínima de producción de aproximadamente 1.000 toneladas de residuos anuales para alcanzar un piso de viabilidad económica y generación de créditos de carbono.
El modelo de negocio tiene puntos de contacto con el de la fabricación de pellets. Uno de esos puntos es la importancia de la logística para minimizar el recorrido de la biomasa y asegurar la continuidad en la producción y la presencia en el mercado. Precisamente el funcionamiento del mercado a nivel global abre ciertos interrogantes porque aún no está regulado, destacándose por sus precios fluctuantes influenciados por los créditos de carbono. En nuestro país, los precios locales aproximados van desde 700 a 1.200 dólares por tonelada.
La clave: escalar los proyectos y certificar los créditos de carbono para asegurar la continuidad y rentabilidad del biochar.
El valor agregado a través de créditos de carbono muestra precios actuales en Europa de entre 35-40 euros para bonos comunes versus 150 euros para biochar, con una proyección hasta los 300 euros.
El contexto global del biochar muestra como áreas de mayor desarrollo a estados Unidos, Canadá, algunos países de Europa (Suecia, Alemania, Noruega), Australia y China como gran productor de hornos pirolíticos.
Importancia de tecnologías adaptables
La accesibilidad y desarrollo tecnológico local parte de una estimación del costo para tecnologías móviles de biochar de entre 30.000 a 40.000 dólares. Al mismo tiempo que una necesidad para desarrollar la producción, la fabricación local de esta tecnología impone un reto para lograr la producción certificada y el establecimiento de una industria de hornos pirolíticos en Argentina.
Los proyectos deben contemplar desde el inicio la certificación de créditos de carbono para asegurar rentabilidad y continuidad.
Alejandra Mercado destaca en la charla como un posible paso inicial que empresas locales interesadas lideren un proceso de diseño conjunto con el sector académico y de emprendedores tecnológicos.
Potencial del biochar en la industria de la madera
La posibilidad de utilizar residuos forestales y de aserraderos para producción de biochar enfrenta algunas limitaciones como la presencia de agentes químicos en la madera que restringen ciertos usos. Pero si se supera ese punto, existe un buen potencial de aplicación en construcción, agricultura, salud animal y otras industrias.
De todas formas, Mercado reafirma la importancia de diseñar proyectos que contemplen desde el inicio la certificación de créditos de carbono para asegurar rentabilidad y continuidad.
Como parte de un desarrollo más amplio, también señala la necesidad de crear comunidades y redes de conocimiento para fomentar el uso y la producción de biochar.
Otras experiencias vinculadas al biochar en Argentina
Biorrefinería Santa Ana, ubicada en Misiones, fue la primera planta (2014) de tratamiento de residuos de la actividad forestal en el país. Mediante pirólisis procesa aserrín y residuos forestales para la producción de biocarbón, fertilizantes y biocombustibles.
El Centro Interinstitucional Regional Biorrefinerías del Norte Argentino – Proyecto BioNA (CONICET / UNaM / UNTucumán / INTI) investiga la sustitución de productos refinados a base de petróleo por otros obtenidos a partir de residuos y desperdicios de la actividad forestal.