Uno de los debates más interesantes que atraviesa la Argentina actual es el de la discusión sobre qué tipo de modelo de desarrollo es el ideal para nuestro país. La economía global del siglo XXI plantea complejidades que, en todos sus niveles de análisis, implican una competencia más dura para los sectores productivos. En una era donde la frontera tecnológica corre su límite a cada momento, los desafíos que enfrentan países como la Argentina tanto para la inserción internacional de su producción como para la apropiación de rentas y beneficios son cada vez mayores. En este contexto resulta mandatorio incrementar las capacidades productivas e innovadoras. Por su enorme potencial, la cadena de valor foresto-industrial (y, particularmente, la industria de la madera y el mueble) puede tener un papel protagónico en este camino, lo cual lleva a revisar qué rol cumple actualmente el sector en el entramado productivo, cuál puede ser su aporte a una estrategia de desarrollo para nuestro país y qué acciones pueden instrumentarse desde el sector privado y sus instituciones intermedias.