Las aberturas de madera dejaron de ser un producto masivo para transformarse en el estándar de confort y exclusividad en la arquitectura moderna. En diálogo con ASORA Madera y Tecnología, el Arq. Fernando Ortiz, gerente de Ortiz Maderas, analiza cómo una empresa familiar de Jujuy logró posicionarse en el vértice top del mercado nacional de aberturas de madera. La materia prima, la tecnología y la sustentabilidad como claves del éxito.
Perder volumen para ganar en valor
El mercado de aberturas vivió una transformación radical en las últimas décadas. La masificación del aluminio y el PVC desplazó a las pequeñas carpinterías de madera, obligando a las empresas consolidadas a tomar una decisión estratégica: evolucionar o desaparecer.
Ortiz explica este cambio sin rodeos: “Con la oferta de las carpinterías de aluminio y de PVC prácticamente desaparecieron los carpinteros muy chiquitos que hacían carpintería de madera. Se volcaron a hacer carpinterías de aluminio y PVC, también empresas consolidadas se han volcado hacia ese desarrollo”.
"Con el aluminio y el PVC prácticamente desaparecieron los carpinteros muy chiquitos que hacían carpintería de madera"
Este cambio masivo llevó a Ortiz Maderas a una encrucijada. Pero la empresa decidió apostar por productos de alta prestación para un segmento que valorara la máxima calidad. Para esto fue clave el conocimiento de la madera, las técnicas artesanales y el equipamiento industrial.
Como sucede en otros campos, también en las aberturas la madera enfrenta barreras. En este caso, el mito de su ineficiencia. Ortiz traslada la responsabilidad a la calidad de la manufactura, no al material en sí. Señala que la diferencia entre una abertura ineficiente y una premium es puramente tecnológica: “Muchas veces la gente asocia la ineficiencia o esa mala prestación con el material, pero en realidad no debe asociarla con el material, sino con quién hizo ese objeto. Nuestra empresa ha buscado esa calidad en el hacer”.
La diferencia entre una abertura ineficiente y una premium es puramente tecnológica.
Para asegurar la calidad final, la clave está lograr la estabilidad de la madera. “Hay dos procesos fundamentales que eliminan las tensiones inherentes al material: el secado al 12% de humedad, que es la estandarización internacional para que la madera resista los cambios ambientales sin problemas funcionales; y el encolado de piezas que anula los esfuerzos estructurales”, explica Ortiz.
La clave técnica: precisión milimétrica y hermeticidad
Si la preparación de la materia prima es vital, la fabricación debe ser igualmente precisa. El nivel de desempeño que se exige hoy en día a una ventana (aislamiento térmico, acústico y hermeticidad) no puede lograrse con métodos artesanales.
“Hay que tener un centro computarizado (CNC) porque las tolerancias son milimétricas. Hacerlo a mano es muy complejo”, dice Ortiz. Esta precisión permite la tolerancia de 4 milímetros por lado que necesita la madera para su dilatación higroscópica, asegurando que la ventana funcione perfectamente a lo largo del tiempo.
Sustentabilidad y conexión emocional
La decisión de Ortiz Maderas de mantenerse en la madera fue arriesgada. Obligó a la empresa a realizar desarrollos técnicos de productos que, en algunos casos, llevaron hasta cuatro años, como en el caso de una ventana de altas prestaciones. Sin embargo, detrás de la ingeniería, había una convicción ligada a la sustentabilidad y al valor intrínseco del material.
“En aquel momento ‒recordó Ortiz‒ nos preguntamos si no había que ir hacia ese lado [aluminio/PVC], pero primó la cuestión de la sustentabilidad. La madera como material es sustentable puede ser de reforestación o proveniente de un bosque de manejo sustentable, pero además está la fijación de dióxido de carbono que hoy resulta ser un tema muy importante a nivel mundial.”.
Hacia el futuro, las aberturas de madera tienen como aliadas a la sustentabilidad y la bioeconomía.
Esta visión resuena directamente con el segmento de clientes de alto poder adquisitivo que busca honestidad del material y un diseño que apele a los sentidos. Ortiz lo diferencia de los materiales símil madera. “Cuando uno entra en una casa con nuestra carpintería, cada pieza es distinta a la otra. No hay dos piezas de madera iguales”, subraya. Y destaca que la conexión emocional es un factor decisivo, imposible de replicar con materiales sintéticos.
El futuro con la madera como estándar global
Si bien Argentina aún no exige los estándares térmicos de Europa del Norte (donde se usan perfiles de hasta cinco pulgadas y triple vidriado), Ortiz asegura que la capacidad técnica existe para fabricar aberturas con altos estándares de prestaciones. La evolución del mercado solo es cuestión de tiempo, dice. “Siento que la madera se va a posicionar como uno de los materiales más importantes de construcción a nivel mundial debido a esta cuestión de la absorción de dióxido de carbono. Mi sensación es que las carpinterías de madera tienen que evolucionar y acompañar ese desarrollo de las estructuras”.
En esta línea, Ortiz Maderas se mantiene a la vanguardia, explorando la combinación de aluminio exterior con madera interior y la madera termo tratada. Fiel a su decisión de insistir en la carpintería de madera de alta calidad, para Ortiz el futuro de la arquitectura está ligado a este material noble y sustentable.
Acceda a la entrevista completa: https://youtu.be/jQcWYNTyA_4
La producción de esta nota contó con soporte de IA. Redacción y edición final de textos y video a cargo del autor.