El Grupo INSUD inauguró el 7 de mayo en Gobernador Virasoro (Corrientes), su segunda planta de generación de energía renovable a partir de biomasa forestal. La nueva planta significó una inversión total de US$ 200 millones. De esta manera duplica su capacidad de producción energética.
La nueva central se denomina San Alonso. Es operada por FRESA – Fuentes Renovables de Energía Eléctrica S.A., empresa del mismo grupo. Está ubicada en un predio de 35 hectáreas y se consolida como la más grande del país en su tipo.
En este reportaje exclusivo, Luciano Baroni, CEO de la empresa, profundiza los aspectos más destacados de la obra y analiza las inversiones planificadas en el corto plazo.
¿Cuándo se empezó a construir la planta y cuáles son sus características principales?
Se empezó a construir hace más o menos cuatro años, se produjo un impasse por la pandemia, también por dificultades con la importación de equipos, materiales, etc. La habilitación comercial y la entrada en operación fue el 22 de marzo pasado y el 7 de mayo hicimos la inauguración formal de esta que es nuestra segunda planta de generación por biomasa.
¿Cuándo empezó a funcionar la primera planta?
Entró en operación en septiembre del año 2020, en terrenos de Energía Social Anónima. En el grupo accionista de esa central está el grupo BENICIO y el grupo INSUD. Esta segunda central es 100% del grupo INSUD. Es un emprendimiento de mucho valor para la zona, tanto para la provincia de Corrientes como de Misiones. Luego de un trabajo intenso de ingeniería de construcción y mucho esfuerzo de todo el equipo, logramos ya tener nuestras dos centrales trabajando a máxima carga. Estamos generando 80 MW y despachando a la red un poco más de 60 MW, lo que hoy representa cerca del 20% del consumo energético que tiene actualmente la provincia de Corrientes.
"Estamos generando 80 MW y despachando a la red un poco más de 60 MW, cerca del 20% del consumo energético de la provincia de Corrientes".
¿De cuánto fue la inversión?
La inversión en las dos plantas fue de 200 millones de dólares.
¿Qué experiencia han recogido desde que pusieron en operación de la primera planta?
Hemos detectado ciertas oportunidades de mejoras en algunos diseños, sobre todo en el proceso de combustión, que es uno de los procesos más complejos. Combustionar esta cantidad de biomasa y transformarla en energía es uno de los procesos principales que sucede en el manejo de la biomasa, en el manejo de cenizas, la extracción de gases. Y operando la primera planta encontramos varias oportunidades de mejora en el diseño que las implementamos ahora.
¿Qué cantidad de madera o de toneladas de desechos están empleando en esta planta nueva y en la anterior?
El consumo es el mismo, tienen la misma performance en las dos calderas y las dos turbinas. Las turbinas son exactamente las mismas y cada una de las plantas están preparadas para generar 40 MW. Esto representa una proyección de consumo de 500.000 toneladas, cada una, en total. Estamos hablando de un poco más de 1.000.000 de toneladas de biomasa al año. Para tener una magnitud quizás un poco más concreta, equivale a un ingreso de aproximadamente 150 camiones diarios, que transportan chips, aserrín y la parte superior del árbol que es fina.
Las dos plantas requieren de un poco más de 1.000.000 de toneladas de biomasa al año.
¿De dónde se proveen?
Nosotros recogemos todo lo que no utilizan las industrias, como ramas, la parte fina del árbol, las cortezas. Todo eso quedaba antes en el monte y generaba también un perjuicio por la mayor carga de fuego y el riesgo de incendio. En el proceso de aserrado prácticamente sólo se aprovecha el 50% del rollo, la parte central, que se industrializa como tablas. Todo el material de la circunsferencia se pierde, lo mismo que el aserrín que se genera en el proceso del corte. Nosotros lo que hacemos es darle valor a todo ese material que antes era deshecho y ahora se transformó en un subproducto industrial, que, además, contribuye a eliminar la problemática ambiental que esos deshechos generaban.
¿Tienen acuerdos con algunas empresas para asegurarse la provisión?
Sí, claro, tenemos acuerdos con las principales empresas que hacen las cosechas que están en la actividad forestal y lo mismo con los aserraderos y con las industrias.
¿Hay alguna distancia máxima estipulada para aprovisionarse de la materia prima que utilizan para que el negocio sea rentable?
Obviamente que el impacto de la logística es muy grande y como medimos nuestra huella de carbono mantenemos como política no tener un porcentaje mayor al 5% de nuestro abastecimiento que provenga de zonas que estén a más de 100 kilómetros de nuestra planta.
¿El precio de la energía producida es competitiva respecto a la media del mercado?
Es competitiva, pero a diferencia del resto de las energías, sobre todo las otras renovables, es que nosotros tenemos que pagar por el producto que utilizamos como combustible. El rollo tiene un valor de mercado que genera un impacto importante en la estructura de costos de la organización y lo mismo nos pasa con el transporte. La energía solar y la eólica no tienen estos costos. Si consideramos eso, la generación de energía por biomasa es muy competitiva. Además, hay que tener en cuenta que el sector forestoindustrial requería de energía en la zona para seguir desarrollándose y que ese nodo de generación se estableciera cerca de Virasoro.
El rollo y el transporte tienen un impacto importante en la estructura de costos. Si consideramos eso, la generación de energía por biomasa es muy competitiva.
¿Qué cantidad de personal tienen?
Los recursos humanos son compartidos en las dos plantas. Tanto el equipo de operaciones de mantenimiento, las áreas de apoyo como el abastecimiento de biomasa, de seguridad,, que forman parte de los que pueden denominarse como recursos centrales, conforman una nómina de 150 personas contradas en forma directa. Y después generamos aproximadamente 300 empleos de manera indirecta, entre ellos, una proporción importante está vinculada al transporte.
La provincia de Corrientes está encarando un programa de mejora de infraestructura, esto y la próxima inauguración del puerto de Ituzaingó, ¿cómo impacta en la empresa?
Lo que se invierta en mejorar la infraestructura de la provincia beneficia a todas las industrias en general y, por supuesto, a la forestoindustria. Y si esta última crece a nosotros nos genera un beneficio, porque básicamente lo que hacemos es sacar el combustible de un subproducto que genera esa actividad. Cuanto más actividad haya y se mejore la competitividad, mayor será el beneficio, no solo para nuestra empresa, sino para la totalidad de la forestoindustria.
En el corto y mediano plazo ¿tienen planteado realizar otras inversiones?
Sí, y si bien no son de la magnitud de las que hemos realizado en estas dos plantas, igual van a ser importantes. Estamos proyectando un parque solar cuya generación de energía será utilizada en las instalaciones de nuestra propia empresa. Además, hay proyectos de mejora continua vinculados a hacer más eficiente la planta, e incorporar tecnología. También hemos encarado un desarrollo de inteligencia artificial para aplicar en distintos procesos de las plantas, que apunta, por un lado, a ganar eficiencia, y por otro, mayor robustez para garantizar la disponibilidad en el abastecimiento de energía en la red.
Tratándose de energías renovables, ¿qué tipo de certificación tienen?
Ya certificamos nuestro sistema de gestión de calidad y el sistema de gestión ambiental. En lo que son las certificaciones internacionales ISO, estamos trabajando para, en el mes de junio próximo, certificar el sistema de gestión de seguridad. Además, encaramos un proceso de certificación de bonos de carbono y ya hemos certificado renovable.
En 2020 FRESA inauguró la planta más grande del país
En 2020 FRESA – Fuentes Renovables de Energía S.A., perteneciente al Grupo INSUD, puso en operación la planta de producción de energía eléctrica más grande del país y la primera en entregar la totalidad de la energía producida al Sistema Interconectado Nacional.
La central se instaló en Gobernador Virasoro (Corrientes), en un área que cuenta con 24.000 hectáreas de bosques implantados certificados pertenecientes a la firma Pomera Maderas, que integra el Grupo INSUD.
La inversión fue de US$ 60 millones de dólares y gener 40 MW.