Con su reciente inversión en maquinarias con tecnología china, el fabricante de equipamiento corporativo Grupo A2 da un primer paso en su plan para optimizar la producción. En diálogo con ASORA Revista, el ingeniero Daniel Cwirenbaum, presidente de Grupo A2, repasó la evolución de la empresa desde su fundación hace 30 años, destacando la incorporación constante de tecnología, la transición de productos de plástico a madera y la decisión del rebranding de la exitosa marca inicial Archivos Activos. Cwirenbaum también profundizó sobre los cambios en el mercado de equipamiento de oficina, incluyendo la tendencia hacia sillas de red y la importancia de la sostenibilidad en la producción.
– Grupo A2 cumplió 30 años en el mercado y dio un paso trascendental al pasar de la tecnología europea a otra de origen chino. ¿Por qué hicieron ese cambio y qué inversión les significó?
– Daniel Cwirenbaum: El año pasado tomamos la decisión y compramos un centro de trabajo, una seccionadora horizontal, dos pegadoras de cantos y una agujereadora múltiple, que no teníamos: hacíamos los agujeros en un CNC, lo que es totalmente ineficiente. Tomamos la decisión después de tener muchos problemas con la puesta a punto y el mantenimiento de máquinas italianas. Hoy contamos con la ventaja que el representante tiene mucho stock y eso nos soluciona cualquier problema que pudiera surgir, lo que termina siendo de muchísimo peso y que se traduce en dinero al bajar considerablemente los tiempos muertos de producción.
– ¿Qué evaluación hacen de haber pasado de una tecnología muy conocida en el mercado, como la italiana, a maquinarias chinas?
– Hoy el gap tecnológico es mínimo. Diría que, si la tecnología italiana o alemana es un 10, la china es un 8,5. Aprendieron. Todas las máquinas chinas tienen componentes internacionales, abrís una máquina y tenés todas las empresas internacionales en piezas y componentes. El concepto es que vos podés cambiar piezas en el mercado, ni siquiera tenés que ir al distribuidor. Y, en nuestro caso, tenemos muy buena asistencia técnica del representante. Tengo quince viajes a China. En nuestro core de negocios el 75% de las ventas son de sillas, que requieren de mucha matricería para plástico. Tenemos una inyectora alemana que fue la primera con la que contamos y que hasta el día de hoy sigue andando. No trajo ningún problema. Pero compramos máquinas robotizadas de inyección de plástico chinas que cumplen perfectamente con los estándares que necesitamos.
– La empresa comenzó con la fabricación de los famosos cajones de plástico, conocidos por la marca Archivos Activos, ¿cuándo se produce la incorporación del mobiliario con componentes de madera?
– Unos cinco años después del inicio de la empresa. En ese entonces todo se guardaba en papel, no existía la nube, nos manejábamos por fax y tímidamente asomaba internet. Las cajoneras plásticas eran un boom y decidimos innovar con partes de los archivos activos en madera. Yo iba a un carpintero que las hacía. Comenzamos a comprar máquinas, obviamente todas máquinas pequeñas de carpintería. Hasta que dimos un gran salto con un centro de trabajo Morbidelli; con el que trabajamos muchísimos años. Le sumamos una pegadora de cantos, una seccionadora y una escuadradora. Después vino una pegadora curva, porque se usaba mucho en esa época el pegado curvo, que lo hacíamos a mano. Esa fue una etapa larga, hasta que incorporamos otro CNC. Trabajamos muchos años aprendiendo lo que es un CNC y realmente nos cambió la vida y la forma de trabajar. Fuimos renovando el parque de maquinaria a medida que iba pasando el tiempo. Compramos otra pegadora de cantos y otro centro de trabajo. Diría que cada 6 o 7 años tenés que sumar alguna máquina, o cambiar la que tenés.
– Sin dudas que la tecnología jugó un papel fundamental en el desarrollo de la empresa, ¿cómo han estructurado el proceso de producción?
– Para nosotros las sillas representan el 75% del negocio. Hacemos toda la parte plástica y los componentes, como los mecanismos, pistones, ruedas, telas, las importamos porque no conseguimos la calidad que necesitamos. Tenemos un partner en China desde hace 15 años. Nos responden muy bien. Dentro de la fábrica tenemos un laboratorio único en el país donde simulamos el trabajo de una silla de 5 a 7 años. También contamos con otras máquinas que testean las espumas, los mecanismos, los brazos. Es un laboratorio que, además, está abierto al público. Eso le da al comprador una seguridad y nos sirve para antes de lanzar al mercado un producto nuevo. Damos el soporte, la garantía por tres años. Y tenemos un sistema de retapizado de la silla a los dos años del uso. Es como que vos compres un auto y durante dos años vos tenés la opción de cambiarle las ruedas. El año pasado incorporamos una dobladora de caños CNC, donde antes lo hacíamos manual. No solo que aumentamos la productividad, sino la perfección y la exactitud. En cuanto a madera, en la última exposición que estuve, me interesó una pegadora de cantos que fabrica el canto a 45 grados y pega el tapacanto. Pese a todo, somos conscientes de que en el manejo de la producción estamos bastante atrasados. Y no tengo miedo de contarlo. Nuestra aspiración es que cada pieza salga con un código de barras que nos permita saber que pasó por tal proceso y que pueda, con una etiqueta, saber qué pieza es. Estamos en un proceso de automatización, pero lo que primero tenemos que hacer, y que lo estamos implementando, es un nuevo sistema de ERP que nos permite saber cuándo entra tal mueble o tal silla, cuándo tenemos que fabricar determinadas piezas, cuándo hay que darle la baja del stock directamente y pase a producción automáticamente. Pensá que tenemos más de un millón de artículos con las diferentes opciones, las diferentes medidas, la cantidad de colores. Se hace infinito.
– ¿Cuál es su visión de los cambios que se produjeron en el segmento del equipamiento para oficinas en estos 30 años?
– En sillas de oficina, el cambio fundamental vino con la incorporación de la red. Hoy ya está totalmente instaurada: el 95% de las sillas que se venden son de red. Ya se venció el miedo del cliente y hoy se sabe que la red es súper segura. De hecho, nosotros empezamos con una doble red, como para darle más seguridad al cliente. Hoy ya estamos en una tercera generación donde el respaldo, por ejemplo, en vez de ser dos piezas es una sola, donde hay un sistema de inserto de la misma. Eso nos ahorra material y nos evita poner tornillos a la vista. También hubo un cambio con el tema de las ruedas. Antes eran todas ruedas chicas. Hoy se están usando r ruedas de 60 milímetros. Volviendo a la pregunta, la oficina pasó de ser una serie de cubículos cerrados a oficinas abiertas, mucho más transversales. Antes el jefe tenía su oficina, el gerente tenía su oficina, la secretaria del gerente tenía su oficina cerrada. Y eso prácticamente desapareció. Por supuesto, hay que resaltar el tema de la forma de trabajo en bench o islas de trabajo con 4, 6, 8 personas divididas por un panel acústico. Y, junto con ese sistema, se fueron creando nuevos espacios. El espacio colaborativo puede ser básicamente una sala de reunión, salas chicas de 4 o 5 personas donde se trabaja en grupo y se hace brainstorming. También salas más distendidas, de sillones bajos, donde se puede trabajar luego del gran cambio que significó trabajar en una computadora a trabajar en un celular. Después, hay lugares de concentración, o donde tener una charla privada. Y finalmente, creo que debemos destacar el sistema LEED, que te permitía conseguir exenciones fiscales.
– ¿Ven a la empresa dentro del ciclo de la bioeconomía o economía circular?
– Definitivamente sí. El empuje de la bioeconomía hizo que los edificios corporativos empiecen a ser más sustentables. Fueron pasando los años y la industria se dio cuenta de que, en vez de centrarse tanto en el edificio, había que centrarse más en la inversión. Entonces se creó lo que se llama WELL, que tiene que ver con el bienestar de la persona. Significa que se sienta cómoda, pueda combatir el sedentarismo y no estar sentado tanto tiempo, etcétera. En mobiliario, la panelería de divisiones con control acústico dio un salto de calidad significativo. Nosotros incorporamos bicicletas con escritorios donde podés trabajar en una PC pedaleando, o tener una reunión pedaleando. Los apps son banquitos donde se puede tener una reunión y hacer abdominales.
– Obviamente, hubo un cambio muy grande después de la pandemia.
– Sí. Y con la vuelta a la oficina, vino también el reclamo de los empleados que decían “me queda comodísimo trabajar en casa y soy tanto o más productivo que en la oficina”. Para mí es muy difícil de medir. Dentro de mi empresa, tenemos un día a la semana donde únicamente la gente de Ventas, hace home office. Todo lo que es producción, imposible. Y administración, lo mismo. Toda esta situación hizo que, de alguna manera, se despersonalicen los escritorios. O sea, un escritorio no es tuyo. Sino que venís, te sentás, enchufás tu computadora, te logueás y tenés un puesto de trabajo.
– ¿Ustedes trabajan solamente el segmento corporativo?
– Mayoritariamente. Nosotros tenemos cuatro negocios y una serie de distribuidores en cada provincia. En los negocios estamos obligados a atender a cualquier persona que entre, así venga a consultar por una silla y nada más. Te consume muchísimo tiempo y la ecuación no cierra. Siempre nos distinguimos por ser una empresa que tiene todo. Es una filosofía que nos cuesta mucho cambiarla.
– ¿Cuándo hicieron el rebranding de la empresa y por qué?
– Iniciamos el proceso de rebranding unos 7 años atrás. Pensé que iba a ser mucho más fácil. Ya era también un tema personal de decir “Archivos Activos”, ya me parecía hasta un nombre berreta, fuera de época, que no nos representaba. Pero de lo que me di cuenta es que a la gente le gustaba. Y esto lo vemos hasta el día de hoy. Entonces, cuando le decimos “Grupo A2” saltan con “¡Ah! Archivos Activos. Me encantan. Tengo móviles de ustedes…”. Pese a los cambios seguimos siendo la misma empresa pyme que arrancó en un garaje hace 30 años. Ahora somos 300 personas trabajando en una planta de 30.000 metros. Humildemente lo digo, dentro de lo que es el mercado corporativo somos la más grande. Tenemos muy poca rotación de personal y se empiezan a jubilar los que están conmigo hace 25 años. No tenemos juicios laborales. Mantenemos el espíritu inicial con una marca de esta nueva época.
– ¿Cómo siguen los planes?
– Hubo una baja marcada en la actividad y en las ventas en el primer semestre. Las oficinas, a partir del home office, se fueron achicando, necesitan menos metros y menos escritorios. Y las grandes compañías hacen esa cuenta todo el tiempo. Ese es el panorama. Pensamos sostener nuestro nivel de inversiones en maquinarias y matricería plástica. Cualquier producto requiere cuatro o cinco matrices que son muy grandes, con mucha ingeniería. Es mucho más que comprar una máquina. Son procesos que duran un año entre el diseño y la pieza final. Tenemos como premisa lanzar tres o cuatro modelos por año, a la vez que mantener los modelos viejos para no caer en tener que obligar a los clientes a cambiar toda su línea. Este año sacamos una tecnología 2.0, que son las sillas que tienen un ahorro de materiales importante. Hacemos mucho hincapié en la sustentabilidad. Por ejemplo, recuperamos todos los plásticos y los mandamos a pelletizar. El aluminio, todo lo que son los cortes, se lo devolvemos a la extrusora, que nos paga el scrap. Los desperdicios de madera son muy difíciles de recuperar, el aglomerado te diría que es casi imposible. Tenemos empresas que se llevan el material gratis. Y lo último que incorporamos es con las telas: creamos un sistema que se llama Second Life y todos los retazos y las telas sobrantes los usamos para fabricar bolsas y monederos de merchandising. Tratamos, así, de ponernos dentro del circuito de la economía circular, que más temprano que tarde va a ser una demanda imposible de evitar desde los consumidores y el mercado. La estrategia de sostenibilidad de la empresa incluye el reciclaje de materiales y la creación de nuevos productos.
30 años de una pyme que alcanzó el liderazgo del mercado
“En 1994 arrancamos con lo que son los famosos Archivos Activos, famosos para mí por lo menos, cajoncitos de plástico. A partir de ahí fuimos creciendo, comprando de a poquito, máquinas, primero para plástico, después para madera. A medida que íbamos creciendo, fuimos ampliando la fábrica. Empecé en un galpón que me prestó mi papá, en Boedo y Chiclana”, recuerda Daniel Cwirenbaum, presidente de Grupo A2.
Su fábrica y casa central está en Avellaneda, Buenos Aires, donde produce más de diez líneas de sillas y otras tantas de escritorios. Su portfolio incluye también puestos operativos, mesas altas, salas de reunión, recepciones, muebles de guardado, línea wellness, panelería y desarrollos especiales para hospitales y equipamiento escolar. Varias de sus líneas obtuvieron el Sello de Buen Diseño (SBD).
Cuenta con cuatro showrooms propios ubicados en el DOT Baires Shopping, Palermo y Barrio Norte (CABA) y La Plata (Buenos Aires). Su red de representantes incluye presencias de Montevideo (Uruguay), Asunción (Paraguay), Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y Ciudad de Guatemala (Guatemala), además de veinte locales en diferentes ciudades de nuestro país. Representa a marcas de gran prestigio en el mercado mundial, como la canadiense Teknion, la alemana Intersthul y la española Actiu.
Perfil de Grupo A2
– Historia de la empresa:
- Grupo A2 tiene 30 años de trayectoria en el mercado.
- Comenzó con archivos de plástico y se expandió a mobiliario de madera y otros productos.
- La evolución de la maquinaria incluyó tecnología italiana CNC y pegadoras de cantos.
- Transición a maquinaria china por mejor disponibilidad de soporte y repuestos.
– Producción y ventas:
- 95% de las ventas son al mercado corporativo.
- 75% de las ventas provienen de sillas.
- Importación de componentes como mecanismos y telas debido a la falta de producción local.
- Laboratorio interno para pruebas de durabilidad y calidad de productos.
– Innovaciones en diseño:
- Uso de redes en sillas.
- Evolución de diseños para mayor seguridad y comodidad.
- Implementación de un sistema de retapizado para sillas.
- Importancia de la sustentabilidad y el reciclaje en los procesos de producción.
– Cambios en el mercado de oficinas
- Transición de oficinas cerradas a espacios abiertos y colaborativos.
- Aumento en la demanda de muebles que fomenten el bienestar y la movilidad en el trabajo.
- Incorporación de conceptos como WELL para mejorar la salud y productividad de los empleados.
- Propuestas como escritorios ajustables y bicicletas para trabajar.
- Impacto del home office y la necesidad de adaptarse a nuevas formas de trabajo.
– Rebranding de la empresa:
- De Archivos Activos a Grupo A2 para reflejar mejor la diversidad de productos y servicios.
- Lanzamiento anual de nuevos productos.
- Mejora de procesos para adaptarse a las demandas del mercado.
– Inversiones
- US$ 400 mil en maquinaria.
- US$ 350 mil en matricería.
- Próxima implementación de un sistema ERP para mejorar la gestión de producción y stock.