La Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA), a través del Instituto del Mueble Argentino (IMA), lanzó a comienzos de junio una nueva edición del Proyecto Deseo, iniciativa que busca el mueble argentino de madera del futuro.
La edición 2024 de la iniciativa se plantea como un laboratorio de diseño que agrupa a 23 empresas del mueble de todo el país y las vincula con referentes del diseño nacional, con el objetivo de pensar, crear y ejecutar el mueble argentino del futuro utilizando madera.
Las empresas participantes llevarán adelante un proceso que tendrá como resultado un prototipo innovador con fines comerciales. Se apunta a nuevas tipologías adaptadas al diseño actual y futuro del mobiliario, especialmente enfocadas en comprender al usuario moderno.
ASORA Revista conversó con el asesor del Instituto del Muble Argentino y coordinador del Proyecto Deseo, Pablo Bercovich, quien resaltó que el objetivo de la iniciativa se propone que el resultado a lograrse en cada empresa sea un aporte inicial para gestar una “marca sectorial” que identifique la producción nacional de muebles.
– La edición 2024 del Proyecto Deseo ya transita el final de su primera etapa, la de diagnóstico. ¿Cuál es el resultado de esta instancia?
– El resultado estuvo muy bien. Con esta metodología que generamos lo que queremos es que los diseñadores no caigan como una especie de extraterrestres en las fábricas, como una persona que viene de afuera sin tener ningún tipo de conocimiento sobre la empresa. Porque, encima, lo peor que nos puede pasar, es seguir alimentando esa falta de articulación entre la plataforma del conocimiento y la plataforma o matriz productiva. Y esa diferencia o esa falta de conexión, muchas veces existe porque el diseñador llega con un deseo, con un objetivo concreto, ya casi prefabricado y no tiene muy en cuenta las condiciones materiales, la experiencia del equipo de trabajo en las plantas, las máquinas, las condiciones tangibles que tiene la empresa para producir y demás.
– ¿Qué lograron con el informe diagnóstico?
– El informe diagnóstico guía a los diseñadores para llegar a la unidad productiva que le fue asignada con un panorama certero de posibilidades de acción. Como parte del informe les pedimos que hagan un FODA bien detallado, que piensen las fortalezas, las oportunidades, las debilidades, las amenazas, pero no en abstracto o como una situación ideal, sino en cuanto a los procesos productivos, los productos en cartera, los recursos humanos disponibles, la forma de comercialización que tiene en marcha la empresa. La verdad es que el resultado obtenido de los diagnósticos es muy completo.
– ¿Cuál es el paso siguiente?
– Después, obviamente, les pedimos a los diseñadores que fijaran cuáles son las aspiraciones de la empresa en general y las que tienen con sus proyectos en particular para esa empresa. En ese ejercicio de completar el informe, el diseñador se empapa de la realidad productiva de la empresa y empieza a pensar qué puede aportar de nuevo, qué proyecto disruptivo puede generarle a esa empresa para tener un impacto comercial fuerte.
– Se contempla el aspecto comercial como un eje fundamental.
– Así es. Esta es la diferencia central que queremos tener en esta edición de Proyecto Deseo con respecto a las ediciones anteriores de la iniciativa. Buscamos cómo aprender de los resultados conseguidos, porque había una especie de visión negativa de las empresas participantes de otras ediciones que estaba vinculada a la falta de impacto comercial que tuvo el proyecto en sus mercados. En este caso, justamente, la metodología y los objetivos aplican constantemente a que el resultado tiene que generarle un impacto comercial a la empresa. En este sentido, el primer informe tuvo muy buenos resultados porque los diseñadores entendieron que tenían que empaparse de la realidad productiva.
– ¿Y qué sucedió con las empresas?
– Entendieron también que tenían que abrirse a proyectos que, por ahí, no eran los que tenían en sus archivos sin concretar, que no se trata de desempolvar viejos proyectos, sino que tienen que generar algo nuevo para obtener ese impacto comercial que persiguen y necesitan. Y también para cumplir con el otro objetivo del Proyecto Deseo, que va más allá del impacto comercial y que implica conseguir, al mismo tiempo, un impacto colectivo, sectorial.
– De los informes diagnósticos particulares de cada diseñador respecto de la empresa con la que va a trabajar, ¿salen trazos generales coincidentes o que se ven recurrentemente en los diagnósticos?
– Sí, principalmente, algo que se ve en los informes, y que ya sabemos del sector, es que es un sector que no exporta. Más aún, que no tiene una mirada o un interés fuera del mercado interno. Es un sector que tiene que trabajar muchísimo en la agenda de desarrollo de su internacionalización, en el desarrollo exportador. Este es un aspecto que particularmente tenemos que trabajar con el sector público porque hay algunos temas que la unidad productiva no puede cambiar bajo ningún punto de vista: cuestiones vinculadas a la competitividad, a lo impositivo, a lo logístico, a lo laboral, un montón de cuestiones que hacen que una pyme no sea competitiva a nivel internacional. Pero, a su vez, hay otro conjunto de temas que sí lo pueden resolver las empresas: uno clave es trabajar en los niveles de productividad, porque esos niveles de productividad, si los sube y los mejora y piensa una agenda de desarrollo exportador, seguramente generará un círculo virtuoso que tendrá algún tipo de reflejo en los niveles de competitividad de partida. Entonces, como primera cuestión, en los informes de diagnóstico se ve una falta de competitividad a nivel internacional muy fuerte.
– Esto tiene un correlato también en el mercado interno y una posición de debilidad frente a la recurrente amenaza de las importaciones.
– Exactamente. Porque el otro punto negativo, que se nota y mucho, es que, en algunas de las empresas, la trayectoria cerrada hacia el mercado interno las condiciona en su capacidad de innovación. En esta edición de Proyecto Deseo seleccionamos empresas muy heterogéneas, que vienen de mundos diferentes. Las hay con una trayectoria espectacular y que apuestan por el diseño desde hace mucho tiempo y que trabajan con la meta de conseguir un producto que sea un hito en cada año. Pero a su vez, participan empresas que son o muy chicas o muy jóvenes, o que no han apostado en su historia por la herramienta estratégica del diseño y nunca han trabajado con un diseñador. El abanico de las veintitrés empresas participantes es muy heterogéneo. Lo que sí observamos es que no hay en la mayoría de los casos, una visión holística del diseño y eso hace que el Proyecto Deseo sea todavía más importante como opción para poder desarrollar el potencial enorme que hay en el sector, en general.
– Mencionaste particularmente el tema de los mercados de exportación. ¿Esta edición está orientada fundamentalmente a generar productos para exportación o también contempla el mercado interno?
– Contempla el mercado interno, naturalmente. Obviamente queremos desarrollar la parte de exportación como algo a corregir o a incluir en la vida de las empresas del sector, pero el trabajo se enfoca en el mercado interno. En la reunión de balance y ajuste de los informes marcamos que hay que impulsar el componente “oportunidad”. Porque, justamente, en la oportunidad está el producto y la comercialización. Los informes siguientes serán los de generación y desarrollo de propuestas. Un ejemplo de esto: una empresa que fabrica RTA y que nunca incorporó diseño industrial, ve como una oportunidad la importancia del diseño y cómo esta decisión le permitiría generar alguna línea para poner en algún nicho específico. Ahí ya sabemos perfectamente por dónde va a pasar el informe de generación y desarrollo de propuestas. Esto se replica en cada una de las veintitrés empresas, con las particularidades de cada una: van a desarrollar con el componente del diseño un nuevo nicho o un nuevo producto que no habían explotado hasta ahora.
– En la convocatoria del proyecto aparece el tema “marca sectorial”. ¿De qué manera piensan implementarla?
– El objetivo del Proyecto Deseo es tener un impacto en la unidad productiva que participa, pero también posicionar el sector. Es decir, generar un paraguas para que, el día de mañana, si una empresa quiere exportar a un mercado de destino exigente, tenga un soporte institucional como tiene el vino argentino, por ejemplo. En la convocatoria hacíamos muchísimo hincapié en el tema de los cuatro ejes distintivos del Made in Italy: automóviles, moda, amoblamiento y alimentos. Cualquiera que dice auto italiano o ropa italiana o mueble italiano o alimento italiano, en cualquier parte del mundo, sabe de lo que se está hablando. La idea es empezar a posicionar a nivel nacional, a nivel regional y a nivel internacional, el sector y la marca “Mueble argentino”, y que todos vean que no solamente tenemos una excelente terminación, un excelente diseño, sino que también tenemos toda la trazabilidad de la madera, podemos contar todo el proceso productivo y posicionarnos por calidad en cualquier mercado.
– Ese objetivo que están buscando con la marca sectorial trasciende, obviamente, una sola edición del proyecto, ¿cómo está pensado en el tiempo?
– Trasciende una edición del proyecto y trasciende al proyecto en sí. Esa visión hay que trabajarla. El proyecto italiano es de los 60 y todavía lo siguen trabajando. Son tareas de posicionamiento que llevan mucho tiempo y tienen que ver con el diálogo y la articulación público-privada para conseguir mejoras de competitividad, con el sector tecnológico para conseguir mejores procesos, con el sector del conocimiento para incorporar ese conocimiento al producto y al proceso y a mejorar cuestiones vinculadas a la comercialización, que podamos tener plataformas de comercialización online, que podamos pensar nuestro posicionamiento en una vidriera, pero también a nivel digital. Y, en definitiva, que podamos pensar al sector del mueble como parte de la oferta exportable de Argentina.
– Desde lo que han trabajado hasta ahora en esta edición del Proyecto Deseo, ¿cuál sería la principal característica que creen que distinguiría de aquí en adelante a un mueble Made in Argentina?
– La calidad en el sentido más integral, porque toca al conocimiento, al diseñador, al estudio de diseño que va a trabajar justamente sobre las empresas. Tenemos muy buen diseño en Argentina, con una trayectoria muy grande y reconocida en el exterior. Además de eso, contamos con procesos productivos muy buenos, con transformación digital, con generación de certificación de calidad, con trazabilidad. La materia prima que tenemos es formidable. Pero lo distintivo del mueble argentino pasa por la calidad, pero sumando en ese concepto a la trazabilidad, la materia prima y el conocimiento incorporado en el mueble.
Empresas participantes
Calm es simple (CABA)
CUQUI´S (Córdoba)
Designo Patagonia (Bariloche, Río Negro)
Estudio Monroe (Don Bosco, Buenos Aires)
Federici (Cañada de Gómez, Santa Fe)
Fontenla (CABA)
Frontera Living (San Francisco, Córdoba)
Galpón Muebles (Remedios de Escalada, Buenos Aires)
Genoud Muebles (Pergamino, Buenos Aires)
Gott (Mar del Plata, Buenos Aires)
Grupo (a)2 (Avellaneda, Buenos Aires)
Hause Mobel (San Francisco, Córdoba)
La Cardeuse (Valentín Alsina, Buenos Aires)
Manzo Mar del Plata, Buenos Aires)
Mehring (Esperanza, Santa Fe)
Michel Thonet (Villa Martelli, Buenos Aires)
Muebles Orlandi (Elortondo, Santa Fe)
Muebles y Sillones.com (Hudson, Buenos aires)
Ricchezze (Cañada de Gómez, Santa Fe)
RVM Servicios metalúrgicos (Córdoba)
Vaca Mística (Córdoba)
Valenziana Muebles (Uranga, Santa Fe)
Vier Abinet Maderas & Construcción (Grand Bourg, Buenos Aires)
Nuevo perfil para el IMA
“Poner en valor el Instituto del Mueble Argentino, que lo relanzamos este año, tiene en el Proyecto Deseo su carta de presentación, pero, además, comenzamos a generar informes sectoriales e informes económicos productivos y lanzamos un programa con una capacitación por mes”, cuenta el coordinador del proyecto Pablo Bercovich.
Anunció, también, que como cierre del año planean una gran exposición de productos como resultado del Proyecto Deseo, junto a un congreso del mueble argentino. A la par, llevarán a cabo eventos de promoción y de posicionamiento del mueble en todo el país.
Cronograma
Proyecto Deseo es un laboratorio de innovación con foco en la comercialización, que tendrá un período de articulación entre diseñadores y empresas estimado de 5 a 6 meses, con el fin de completar el desarrollo de los proyectos. Se calcula una inversión privada superior a los 120 millones de pesos, a un promedio de 5 millones por equipo participante (empresa + estudio de diseño).
– Marzo / Abril: Inscripción de las empresas muebleras interesadas.
– Mayo: Selección de empresas y generación del vínculo con los estudios de diseño. Comienzo del desarrollo del proyecto.
– Junio / Octubre: Mentorías, generación de propuestas y desarrollo de prototipos.
– Noviembre: Eventos de prensa y exposición de resultados.