Tal como se había anunciado, el Salone de este año dio una nueva puntada en el rediseño de su concepto expositivo, encaminando su perfil hacia una muestra más austera, más simple, más sostenible, sin resignar su liderazgo en el mundo del diseño de muebles e interiorismo.
El Salone 2023 prestó atención al origen de los materiales, los métodos de producción, la durabilidad y el final de la vida útil de los objetos. Una propuesta que se convirtió en un mensaje claro: “Cuídense a ustedes mismos, a los demás y al planeta”.
En este nuevo paisaje, el Salone del Mobile.Milano 2023 tuvo números positivos que señalaron la aceptación del nuevo formato de parte de los profesionales, compradores y público. Esta 61ª edición convocó a 307.418 asistentes, de 81 países, un 15 % más que en 2022. Participaron más de 2.000 marcas expositoras, el 34% de ellas de 37 países diferentes, incluidos 550 jóvenes diseñadores de 31 países diferentes y 28 escuelas y universidades de diseño de 18 países diferentes. Especialmente significativo fue el hecho de que el 65% de los compradores y profesionales del sector provinieron del extranjero, con gran protagonismo de China.
La vida cotidiana como inspiradora del diseño
Las luces, los sofás, las sillas y los armarios presentaron un diseño cercano y cómodo. De esta forma, la casa se vuelve más acogedora y relajante. Las novedades propusieron una atmósfera íntima, cuyo fin último es estar alejando de las preocupaciones.
Natural, sostenible y ecléctica, la madera domina el interiorismo del futuro
El material protagonista de 2023 fue la naturaleza: los productos textiles, como el algodón, el terciopelo, la lana y el yute, al igual que la madera, la piedra, el mármol y hasta el papel. En este escenario, una vez más, la madera se confirmó como uno de los materiales más queridos por las marcas.
Reinterpretación de la oficina del futuro
Modularidad, comodidad y juego. En Workplace3.0 jugó el nuevo horizonte de los lugares de trabajo. Primero fue la oficina, luego la pandemia, con su trabajo a domicilio. Hoy el espacio de trabajo es un híbrido perfecto entre estas dos situaciones: en la oficina ya no puede faltar el confort del hogar, como tampoco puede faltar en el hogar el mobiliario profesional para apoyar el trabajo.
Así, a las clásicas mesas de reunión y sillas de escritorio se unen cómodos sillones, chaise longues, islas de asientos.
El otro concepto que dominó los espacios de trabajo fue la “comodidad modular”. Muchas empresas adoptaron los mismos grados de confort utilizados para el hogar en el tapizado de muebles de oficina o espacios contract. La idea es reducir la distancia entre el espacio doméstico y el espacio de trabajo, centrándose en el bienestar psicofísico del trabajador que debe encontrarse en un estado de bienestar físico y mental para poder dar lo mejor de sí.
Se vieron muchas soluciones modulares para lograr una oficina más acogedora, con lugar para muebles agradables que hasta hace poco hubiéramos asociado únicamente a los interiores domésticos y que hoy se convierten en imprescindibles en los espacios de trabajo.
Al mismo tiempo, la tecnología invisible gana lugar a pasos agigantados. Poder subir o bajar una mesa de comedor al milímetro sin el menor esfuerzo, sentarse en una silla de trabajo cómoda y regulable sin que parezca una oficina, son ejemplos de que trabajar desde casa hace esencial poder permanecer cómodo y flexible sin comprometer la estética.
Hacia adelante, aparece un nuevo concepto de interiorismo: la escenografía funcional. Muros autoportantes que crean ambientes al dividir espacios y generar pequeñas islas en las que trabajar, relajarse, jugar, reunirse en línea comienzan a ser parte fundamental en los espacios de la vivienda, y sin resignar el confort.
Informes y fotos: Ufficcio Stampa SaloneMilano2023