lunes 28 de abril de 2025

Una estructura de madera flexible para la incubadora de ideas de una universidad

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“La Incubadora es uno de los mejores ejemplos de colaboración innovadora que he visto entre clientes, diseñadores, contratistas y subcontratistas. Juntos entregamos un proyecto visionario dentro del presupuesto, a tiempo y con una calidad que superó las expectativas de todos”, expresó durante la inauguración del edificio Mark Broomfield, director de Bienes de la Macquarie University, de Sidney, Australia.

La obtención de una decena de premios locales e internacionales por parte del proyecto (ver recuadro) valida la aseveración del directivo.

La Incubadora de la Universidad Macquarie fue diseñada para responder a las necesidades diversas y cambiantes de sus ocupantes, así como a dos aspectos clave que definieron el diseño del espacio; un edificio reubicable y un corto período de tiempo para su implementación.

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La concepción del edificio contempló un par de pabellones, cada uno con diseños flexibles, que se prestan a las futuras adaptaciones y funciones de las starts-up que se cobijarían en el interior. De hecho, un fuerte impulsor de todo el proyecto fue la necesidad de contemplar y facilitar la colaboración e interacción entre las nuevas empresas, además de la privacidad para que cada nueva empresa funcione como su propio negocio. “Con esto en mente creamos espacios abiertos y áreas de descanso, y salas de reuniones privadas más pequeñas”, comentó Luke Johnson, arquitecto jefe de Architectus, el estudio australiano que coordinó la obra.

Desde un comienzo la madera fue seleccionada como el principal material de construcción “por su capacidad para ser bellamente diseñada, fabricada con rapidez para lograr una alta calidad, y por su potencial para el desmontaje y reubicación futuros”, explicó Johnson. La mayoría de los componentes fueron prefabricados fuera del sitio final de localización para garantizar una construcción rápida en el lugar y una mínima interrupción de las actividades del semestre universitario que ocuparían las obras. El edificio se completó dentro de los cinco meses a partir del inicio de la construcción.

El diseño final tuvo en cuenta “una paleta armoniosa de materiales que crea una secuencia de espacios que son táctiles y característicamente cálidos”, puntualizó el arquitecto. Para lograrlo se utilizaron varias especies de madera, incluido un diafragma de techo de madera laminada cruzada, vigas de madera de chapa laminada de gran envergadura y columnas de madera laminada en V, así como madera dura y corcho manchados para las superficies del piso interior y madera contrachapada para las paredes externas. “Al trabajar con socios como Lipman y StrongBuild, estos materiales nos permitieron adoptar un enfoque innovador para el diseño, al tiempo que ofrecían un alto grado de reutilización en caso de que se reubicara el edificio”, acotó Jhonson.

Proceso de construcción

Clasificada entre las mejores del mundo, la Universidad Macquarie se encuentra en medio de una expansión masiva, que implica una inversión de más de 600 millones de dólares en nueva tecnología e infraestructura. Una de sus principales prioridades fue una incubadora: un centro para empresas de nueva creación donde las ideas y el conocimiento de estudiantes, innovadores y empresas locales pudieran convertirse en negocios.

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La idea inicial era construir una incubadora más permanente dentro de cinco años. Una breve compilación de las necesidades fundamentales del proyecto fue parte esencial del informe que la Universidad Macquarie dio al estudio de diseño Architectus. Así, la diseñada por el estudio australiano se desarmaría, movería y volvería a usar, respetando la premisa de que el edificio fuera adaptable, tanto en términos de portabilidad como de flexibilidad que exige una incubadora moderna.

El arquitecto jefe del proyecto narró los pormenores de la obra como si se tratara de una película. “Todo está tranquilo en la noche australiana. Una suave brisa se mueve a través del arbusto en el borde del campus universitario en el noroeste de Sydney. De repente, un retumbar distante comienza a hacerse más fuerte y aparecen rayos de luz sobre las colinas. La caravana de camiones que transportan los grandes componentes estructurales, 3 x 18 metros, han llegado a la obra. Muchos de nosotros nos reunimos en el lugar esa noche: arquitectos, contratistas y carpinteros. La Incubadora fue un proyecto único que nos obligó a crear soluciones únicas. Eso significaba que todos se sentían personalmente comprometidos con el proyecto y querían ver de cerca la llegada y el ensamblaje de los paneles de madera”, dijo Luke Johnson.

“Los camiones continuaron entregando paneles de madera para el techo del edificio durante la noche, después de lo cual los trabajadores de la construcción aceleraron el paso. Las siguientes dos noches se vieron miles de metros cuadrados de paneles prefabricados juntos, que cinco meses después se vieron en el edificio completado”, resumió.

Los arquitectos buscaron un edificio simple y elegante con grandes espacios abiertos, techos altos e impresionantes. Para esto escogieron una estructura CLT “porque se puede armar y desmontar rápidamente y puede manejar tensiones significativas”, precisó Luke Johnson.

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Cuando el edificio fue planeado hace dos años, los arquitectos no pudieron obtener CLT fabricado localmente, por eso eligieron el abeto CLT de origen austríaco. Pero las cosas han cambiado rápidamente en Australia y luego de varios años de retraso con respecto a Europa y EE. UU., el CLT que ahora se está utilizando en proyectos de varios pisos cada vez más extensos y complejos proviene de un número creciente de fabricantes de productos de madera prefabricados en Australia.

La Incubadora consigue crear la sensación cálida y acogedora que Architectus quería y la Universidad pedía. Sin embargo, el uso de diferentes tipos y calidades de madera prefabricada para lograr esa meta planteó buenos desafíos para los arquitectos. “Cuando tienes tantas partes diferentes que tienen que encajar, en diferentes grados, es importante que tengas tolerancias lo suficientemente grandes. Factores como la humedad relativa significan que diferentes productos de madera se comportan de diferentes maneras. En un par de ocasiones, tuvimos que conseguir un gran martillo y cuidadosamente colocar algunos de los paneles en su lugar. En el próximo proyecto, vamos a agregar unos milímetros a las tolerancias”, confesó Johnson.

En total, 41 pares de postes glulam recorren todo el edificio. Las paredes externas están hechas de madera contrachapada y las interiores son paneles acústicos de madera contrachapada con una chapa de pino australiano. El techo está recubierto por largas vigas glulam en forma de onda que se afilan en los extremos. Los arquitectos querían que el techo expusiera y expresara las fuerzas estructurales del edificio. Las vigas son curvas porque en diferentes lugares requieren más o menos altura estructural para soportar el peso del techo. “Podríamos haber ido con vigas rectas, pero queríamos usarlas para hacer algo hermoso. También le dan al edificio un toque de ligereza, ya que se reducen casi hasta un punto debajo de los aleros. Para mantener las líneas rectas y simples a lo largo del borde del techo y acentuar aún más esta sensación de ligereza no hemos instalado ningún canal. El techo es un poco como un pabellón japonés”, describió el profesional.

El techo proyecta sombras a través de las ventanas en el medio del día, cuando el sol es más fuerte. Pero también protege los muros exteriores de la lluvia, lo que le da al edificio una vida útil más larga. Está revestido con chapa metálica y, cuando llueve, el agua sale por el borde del techo y desciende hacia un sistema de riego que distribuye el agua a la tierra circundante. Se planificó que el edificio tuviera el menor impacto posible en el impresionante paisaje en el borde del campus universitario. No se cortaron árboles y la nueva flora plantada era del mismo tipo que las plantas que ya estaban allí.

Las grandes extensiones de vidrio del edificio proporcionan un contacto constante con la naturaleza, lo que contribuye a la sensación inspiradora que Architectus estaba dispuesto a crear en la Incubadora. El uso extenso de la madera en el edificio, gran parte de la cual se cultivó localmente, también establece un diálogo con la naturaleza.

El hecho de que el edificio debía ser desmontable significaba que no podía apoyarse en un zócalo de hormigón. En cambio, una plataforma glulam es sostenida por pilas de acero. Esta solución planteaba un desafío que el estudio convirtió en algo positivo. “Los cimientos de hormigón pueden dar estabilidad a un edificio, por ejemplo. Pero el uso de una plataforma de madera proporciona muchos beneficios en comparación con el concreto. Pudimos, por ejemplo, colocar los cables de ventilación y electricidad debajo del piso y mantener el interior completamente despejado”, afirmó Johnson.

El edificio también ha sido elogiado por su sostenibilidad, ya que los paneles solares en el techo satisfacen el 60 por ciento de las necesidades de electricidad del mismo.

La capacidad de desmontar el edificio y usar los módulos de madera para otra cosa también le da a la Incubadora una larga vida útil y ha llevado a la Universidad a desechar sus planes para construir una incubadora permanente. “Estaban tan satisfechos con el proyecto que decidieron mantener nuestro edificio. No habrá movimiento. La Incubadora se va a quedar en el campus. Estamos complacidos y orgullosos de su decisión”, remarcó Luke Johnson.

dRMM es un estudio de arquitectos y diseñadores fundado en Londres en 1995 por Alex de Rijke, Philip Marsh y Sadie Morgan. El estudio se enorgullece de trabajar en proyectos innovadores, de alta calidad y útiles socialmente.

Desde 2000 ha sido pionero en el uso de productos derivados de la madera como el material más relevante para la arquitectura del siglo XXI. La investigación realizada por el estudio en el ámbito de la madera se ha plasmado en “Wood Blocks”, un sistema de viviendas prefabricadas de madera ganador de varios premios que ofrece una solución para la escasez de viviendas del Reino Unido que reduce los costes de construcción en un 40% y los tiempos de construcción en un 25%.

El estudio fue el co-inventor de la madera contralaminada de tulipwood en 2013 para utilizarla en la imaginativa estructura The Endless Stair.

Alojamiento para estudiantes

Architectus también ganó el concurso de diseño para transformar el Central Courtyard Precinct de la Universidad Macquarie e incorporar un nuevo sector de alojamiento estudiantil. El proyecto incorpora 68.000 m2 del campus, incluido el Patio Central y 4 edificios circundantes.

El nuevo alojamiento para estudiantes está diseñado para ser flexible, funcional y privado, pero conectado a los espacios de aprendizaje informal propuestos y los nuevos espacios sociales y de servicio del Recinto del Patio Central.

El plan promueve un sentido de comunidad más allá del individuo, al descomponer las 1000 camas actuales en edificios más pequeños y manejables; con el beneficio adicional de poder organizar el desarrollo en dos cohortes de 500 camas si es necesario.

Cada edificio contempla una perspectiva del paisaje, la luz solar y la privacidad, junto con sitios de estudio privado, estudio comunitario, recreación informal y espacios sociales. Los planos de planta ofrecen una combinación de camas flexibles a lo largo de los años, desde apartamentos con varias camas hasta estudios individuales, e incluirá cocinas comunitarias.

Ficha técnica
  • Cliente: Macquaire University, Sydney, Australia
  • Diseñador: The Lipman Group + Strongbuild
  • Costo: US$ 5 millones aproximadamaente
  • Superficie: 953 metros cuadrados
  • Responsable de obra: Architectus
  • Inauguración: 2017
  • Premios (todos durante 2018)
  • Australian Institute of Architects (AIA), National Architecture Award for Education
  • Sustainability Awards, Education & Research
  • The Chicago Athenaeum Museum of Architecture and Design, The International Architecture Award
  • Australian Institute of Architects (NSW), William E Kemp Award for Educational Architecture
  • Australian Institute of Architects (NSW), Sustainable Architecture – Commendation
  • INDE.Awards, The Learning Space
  • Learning Environments Australasia, Annual Excellence in Educational Facilities Awards – Overall Winner
  • Australian Timber Design Awards, Excellence in Timber Design – Innovative Structural Design Award
  • Good Design Awards®, Architectural Design
  • Chicago Athenaeum, Green GOOD DESIGN™ Research and Technology

Fotos: Archithectus studio

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